Señor, cuando la incertidumbre de a que lugar llegaré, me asalte y me llene de temor, recuérdame que has prometido estar con cada uno de Tus hijos hasta el fin del mundo.
Sé para mí una roca de refugio, adonde recurra yo continuamente. Tú has dado mandamiento para salvarme, Porque tú eres mi roca y mi fortaleza. (Salmos 71:3)
Quiero estar siempre cerca de ti, Señor, y hacer todo lo que tú quieras que haga. Quiero hacer el bien a mi prójimo, igual que quiero que él haga lo mismo conmigo. Te agradezco, Padre, por todas las bendiciones que me das cada día de mi vida.
Señor, que este día sea un nuevo comienzo para digirme en Tu voluntad; brilla a través de mí para que cada persona que encuentre pueda sentir Tu presencia en mí.
Señor, que este día sea un nuevo comienzo para digirme en Tu voluntad; brilla a través de mí para que cada persona que encuentre pueda sentir Tu presencia en mí.
Padre amoroso, al ver tu gran sabiduría reflejada en tu maravillosa creación, quiero alabarte con todo mi ser. Gracias por la Palabra de Dios creadora y las maravillas de este mundo hechas para nuestro gozo.
"Se feliz, porque la piedra nunca es tan grande si confías en Dios, porque las injusticias acaban pagándose, porque el dolor se supera, porque el coraje te levanta, porque el miedo te fortalece, porque los errores te hacen aprender y porque nadie es perfecto. DIOS hoy, camina contigo. Feliz Día."
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