No necesitas conocer a alguien para entender su dolor, solo basta tener corazón y ponerse en su lugar. Aprender a ser compasivos, es también acercarnos a Dios y experimentar su amor.
No necesitas conocer a alguien para entender su dolor, solo basta tener corazón y ponerse en su lugar. Aprender a ser compasivos, es también acercarnos a Dios y experimentar su amor.