El corazón del entendido adquiere sabiduría; Y el oído de los sabios busca la ciencia. Proverbios 18:15
¿Estás enfrentando un momento estresante? Las vacaciones pueden ser extremadamente agotadoras. Y si ha recibido alguna noticia que le preocupa, es posible que se pregunte cómo enfrentará otro día. Por supuesto, hay una manera, pero no tiene nada que ver con la capacidad humana. En cambio, tiene todo que ver con la fuerza soberana de Dios.
Cuando aumenten las presiones de tu mundo, ciertamente te sentirás tentado a pensar que tienes que resolver las cosas por tu propia cuenta. Sin embargo, aunque Dios quiere que participes activamente en el proceso de resolución de los problemas, Su mayor deseo es que le llames y declares tu dependencia de Él.
En el Salmo 46:1-2, el salmista escribe: “Dios es nuestro amparo y fortaleza, Nuestro pronto auxilio en las tribulaciones. Por tanto, no temeremos, aunque la tierra sea removida, Y se traspasen los montes al corazón del mar” Estas palabras transmiten una representación física de la forma en que nos sentimos emocionalmente cuando surgen problemas y todo parece desmoronarse. Muy pocos de nosotros estamos preparados para manejar una tristeza repentina o una prueba que continúa durante un largo período de tiempo. El miedo, la frustración y la duda pueden dar paso al anhelo de escapar, abandonando los problemas y alejándose de todo.
Pero, ¿cómo puedes corregir tu mundo al revés de una manera positiva que te construya en lugar de derribarte? Comienza con Dios. Pasa tiempo con Él en oración. Puedes pensar que no puedes darte el lujo de perder otro minuto, pero no puedes darte el lujo, es de perder la oportunidad de permitir que el Padre te consuele y te brinde la ayuda que necesitas. Así que acércate a Él y, sólo asi, encontrarás la fuerza y la sabiduría que necesitas para seguir adelante.
Señor, Te necesito. Necesito Tu fuerza y sabiduría para todo aquello por lo que estoy pasando en este momento. Confío en que me muestres qué hacer, para vencer y gloriarte, conforme a Tu perfecta voluntad. En El Nombre de Jesús, Amen.