Contentamiento es a los hombres hacer misericordia; Pero mejor es el pobre que el mentiroso. Proverbios 19:22
Uno de los regalos que el Señor te da como Su hijo es que El remueve las cosas pecaminosas que ya no encajan con quien eres como creyente. Su deseo es maximizar tu potencial enseñándote a vivir la santidad que El te ha dado. El quiere que te conviertas en un reflejo de Su amor, paciencia, bondad, gentileza y esperanza en un mundo que se ha perdido. Esto es porque no hay poder en la vida de un creyente que no esta viviendo una vida pura y obediente. Su luz no brillará a través de ti cuando tu carácter esté manchado por el pecado.
Por supuesto, Jesús entiende la lucha que tienes contra el pecado y la tentación, a un grado más profundo que cualquier persona podría entender. En la cruz, Él cargó el pecado de todo el mundo sobre Sus hombros, y sintió el terrible peso del mismo. ¿Por qué? Hebreos 2:17-18 informa: porque «debía ser en todo semejante a sus hermanos» -como tú- “para venir a ser misericordioso y fiel sumo sacerdote en lo que a Dios se refiere, para expiar los pecados del pueblo. Pues en cuanto él mismo padeció siendo tentado, es poderoso para socorrer a los que son tentados.” En otras palabras, en Su bondad hacia ti, dejó a un lado Su lugar divino en el cielo para identificarse contigo.
La compasión de Jesús lo movió a liberarte de la pena y del dominio del pecado. Y Él se vuelve y te pide que hagas lo mismo: que seas misericordioso y amable con los demás mostrándoles el camino para ser libres. Así que aprende cuán bendecido y fructífero es vivir en completa libertad como Su hijo, obedeciéndole y amando a otros con Su amor.
Señor, gracias por darme las herramientas para librarme del pecado. Ayúdame a mostrar Tu bondad a los demás para que ellos también puedan ser libres. En El Nombre de Jesús, Amén.
