Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo; echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros. (1 Pedro 5:6-7)
Una de las cosas que he aprendido al caminar junto a Dios, es que Él siempre se encuentra a una oración de distancia de nosotros. Está constantemente acompañándonos con su presencia y cuidándonos en cada sendero que transitamos.
No obstante muchas veces, llegamos a obviar esta verdad y elegimos preocuparnos, sin recordar que la preocupación, es, de manera inconsciente, una señal de que pensamos podemos resolver por nosotros mismos ese problema que nos aqueja, de una mejor manera en la que El Señor podría hacerlo.
La vida libre de preocupaciones, empieza por asumir la paz genuina y de calidad que Dios nos brinda. Pero esa paz será cosechada luego de reconocer que contamos con su poder que todo lo pueda y que todo lo renueva, y sobre el que podemos descansar cada una de nuestras cargas.
Hagamos la elección de caminar sin preocupaciones. Declaremos hoy: descanso todas mis cargas en Dios porque Él cuida de mí.
Señor, haz de Tu paz y serenidad la mía, de manera que pueda descansar cada una de las cargas que hoy me aquejan, en Tu poder y voluntad que todo lo pueden. Guíame en ese camino, para ganar la paz de saber que me encuentro siempre bajo el cuidado de Tu presencia en cada sendero de mi vida. En El Nombre de Jesús, Amén.