En amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad. (Efesios 1:5)
Ya hemos obtenido la victoria sobre Satanás a través de Cristo. No sólo lo ha dicho Dios, sino que Cristo lo ha logrado; ésta es tu posición en Cristo antes, ahora y en el futuro. La segunda parte es un poco más difícil de asimilar – y requiere fe. Es decir, aunque tú y yo seamos victoriosos, no podemos escapar de la batalla todavía. Debemos dirigirnos a la lucha con esa promesa de Cristo atada a nuestro cinturón – Él nos ha dado poder sobre nuestro enemigo, y Él nos ayudará a lograr la victoria, pero para lograrlo debemos nosotros contribuir con un espíritu diferente.
Necesitamos ser luchadores que disciernan el mal, que caminen en victoria sobre el Enemigo, que estén dispuestos a servir al Señor con total fidelidad, humildad, obediencia y verdadero compromiso. Me doy cuenta de que sólo unos pocos tendrán este tipo de espíritu, pero estoy orando para que Tu y aquellos que encuentre en el camino sean uno de ellos. Atrévete a someterte a la promesa de Dios no sólo en tu comodidad, sino en tu voluntad de luchar.
Señor, cultiva en mi el espíritu de lucha para plantar batalla al enemigo, sé que la promesa que nos has dado es de victoria, pero dame la determinación, la humildad y la obediencia para servir en Tu voluntad y hacer mi parte.