Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar; sobre ti fijaré mis ojos. Salmo 32:8
Hoy quiero recordarte tres verdades que debes tener presentes mientras esperas la dirección del Señor.
Primero: Dios te mostrará Su voluntad. Él desea que camines en sus caminos y se compromete a enseñarte cuál es el rumbo correcto. Pero hay algo que solo tú puedes hacer: obedecer. Su guía es segura, pero es tu responsabilidad dar el paso cuando Él te muestre el camino.
Segundo: El Padre está profundamente comprometido con tu éxito. Desde el primer día de tu vida, Dios ha estado obrando en cada detalle para formarte y prepararte para los propósitos que ha diseñado para ti. Por eso, decide seguirlo con confianza, porque Él te dará las herramientas, la sabiduría y la fortaleza que necesitas para cumplir lo que ha planeado para ti.
Tercero: Cuando te equivoques, Dios te corregirá y te mostrará el camino de regreso. No tengas miedo de avanzar cuando sientas que Él te está llamando. Incluso si tropiezas, Él es especialista en restaurar lo que parece perdido. El Señor tomará cada error, cada herida, cada parte rota de tu vida, y con el poder de Su amor, las reconstruirá. Él es capaz de levantarte, redirigirte y fortalecerte para que vuelvas a caminar en la senda correcta.
Señor, gracias porque me prometiste que me enseñarías el camino. Confío en que me mostrarás tu voluntad y me darás todo lo necesario para cumplir tu propósito en mi vida. Ayúdame a obedecer con valentía y a no detenerme por temor. Cuando me equivoque, recuérdame que tu amor me restaura y que siempre estás dispuesto a corregir mi rumbo. Dame la fuerza y la confianza para seguir adelante contigo cada día. En el nombre de Jesús, Amén.