¡No temáis! Quedaos quietos y ved la salvación del Señor. Éxodo 14:13
Cuando un creyente se siente acorralado, sin salidas claras ni soluciones a la vista, es importante recordar que esa situación no es casual: Dios mismo puede estar preparando una liberación. Así ocurrió con el pueblo de Israel cuando acampó junto al Mar Rojo. El ejército del faraón los persiguió con toda su fuerza: carros, caballos, soldados y capitanes. No había escapatoria humana posible. Pero Moisés los instó a no temer, a permanecer firmes, porque el Señor mismo iba a intervenir.
Ese sigue siendo el llamado divino en tiempos de crisis: quedarse quieto y confiar. Cuando las opciones parecen cerradas y todo parece apuntar al fracaso, es precisamente entonces cuando el Señor suele obrar con mayor poder. Así como en el pasado dividió las aguas y abrió un camino imposible entre muros de agua, también hoy puede hacer lo mismo. Lo esencial es mantener la mirada en Él, recordar Su fidelidad y esperar con fe.
Dios nunca ha fallado en liberar a quienes confían en Él. Por eso, cuando llegue el momento en que Él abra el camino, lo único que debe hacer el creyente es caminar por él con valentía y confianza, sabiendo que el Señor va delante.
Señor, fortalece a quienes hoy se sienten atrapados, sin salida, rodeados por desafíos que los sobrepasan. Recuérdales que Tú eres el Dios que abre caminos en medio del mar y que nada es imposible para Ti. Ayúdalos a permanecer firmes en la fe mientras esperan, con los ojos puestos en Tu poder y fidelidad. Y cuando llegue el momento de avanzar, dales valor para caminar seguros por el sendero que Tú mismo habrás abierto. En el nombre de Jesús, Amén.