Devocional:
Porque pasados aún siete días, yo haré llover sobre la tierra cuarenta días y cuarenta noches; y raeré de sobre la faz de la tierra a todo ser viviente que hice. (Génesis 7:4)
Por gracia – a través de la fe, Noé y su familia fueron guardados con seguridad por el poder de Dios – mientras que los malvados fueron condenados por no responder a su oferta de salvación – porque quien cree en Él no es condenado, pero quien no cree ya ha sido condenado porque no ha creído en el nombre del Hijo de Dios.
Dios había visto que sólo Noé era justo. Esto no significa que estuviera libre de pecado, pues todos hemos pecado y no alcanzamos el nivel que Dios exige. Pero Noé tenía fe. Noé merecía la muerte tanto como cualquier otro pecador, pero oyó el llamado de Dios, le escuchó, obedeció sus instrucciones y construyó un arca para salvar a su familia. Noé creyó en Dios y, por la gracia de Dios, su fe le fue acreditada como justicia.
Que escuchemos la llamada de Dios, confiemos en Su Palabra, obedezcamos Su mandato y respondamos a Su voz cuando le oigamos decir: “Venid a mí todos los que estáis cargados, y yo os daré descanso para vuestra alma”.
Oración:
Padre Celestial, no dejo de asombrarme ante la obstinada negativa y la ignorancia intencionada del hombre pecador a creer en Tu Palabra, a arrepentirse de su pecado, y a confiar en Cristo para la salvación de su alma. La misma actitud arrogante que era evidente en los días de Noé parece prevalecer cada vez más hoy, y los corazones parecen endurecerse progresivamente – a pesar de la verdad de Tu Palabra. Ruego que mientras sea “hoy” muchos sean convencidos por el Espíritu Santo, se conviertan de su pecado, y crean en la Persona y obra del Señor Jesucristo para el perdón de sus pecados y la vida eterna. Gracias que tu gracia abraza a TODOS los que creen en el Señor Jesucristo y gracias que por gracia somos cubiertos en su justicia, por la fe. Trae a mi camino a aquellos que estén dispuestos a escuchar la verdad y trae a muchos a Tu Reino eterno. Esto lo pido en el nombre de Jesús, Amén.