Pues a sus ángeles mandará acerca de ti, Que te guarden en todos tus caminos. En las manos te llevarán, Para que tu pie no tropiece en piedra. (Salmos 91:11-12)
Señor, en esta mañana, mientras contemplo el inicio de un nuevo día, quiero agradecerte por la inmensa bendición de despertar otra vez, para, con fuerzas renovadas, buscar nuevamente servirte y vivir, por y para Tu voluntad. Te pido que me ayudes para ser consciente de Tu presencia en mi vida y por Ti ser guiado en cada decisión que tome, cada palabra que pronuncie, cada acción que emprenda; de forma que sean cada una de ellas, Padre, un fruto de gloria para Tu Reino, que Te agrade y Te honre y brinde testimonio de la transformación que llevas a cabo en mí día tras día.
Ayúdame también Señor, en cada una de las luchas que estoy enfrentando; sé que el camino no es fácil, ni libre de piedras y obstáculos, sé que muchas veces el desánimo y la tristeza tocarán a mi puerta y me sentiré sin fuerzas para seguir luchando o sin motivación para dar un paso más, sin embargo, Padre, en esos momentos sal a mi rescate y lléname de Tu luz, de Tu fuerza inagotable, de Tu poder infalible. Que caiga en cuenta y reconozca que a pesar de lo difícil de la batalla no me has dejado y que por el contrario Tus ojos están puestos sobre mí y sobre lo que estoy padeciendo, y en Tu tiempo perfecto me librarás y me traerás nuevamente al lugar alto de Tu seguridad, de Tu regocijo y de Tu paz que sobrepasa todo entendimiento.
Entrego este día también en Tus manos Señor, y Te pido la constancia, la perseverancia y la disciplina para enfrentar con energías renovadas y con esperanza fortalecida en Tu poder y en Tus promesas las batallas que hoy me toque enfrentar, sabiendo que caminarás conmigo y me dirigirás por Tus sendas de victoria, en toda situación.
Todo ello te lo pido Señor, En El Nombre de Jesús, Amén