Palabra:
Tales son los caminos de todos los que olvidan a Dios; Y la esperanza del impío perecerá; Porque su esperanza será cortada, Y su confianza es tela de araña. (Job 8:13-14).
La desesperanza se ha convertido en una especie de epidemia mundial. Como escribió el columnista Karol Markowicz reflejando la realidad de Estados Unidos, que fácilmente pudiera aplicarse a todo nuestro planeta: “La economía está creciendo. La delincuencia ha descendido drásticamente en todo el país. Somos más ricos y más seguros que nunca. Sin embargo, estamos sumidos en esta terrible insatisfacción”.
El Libro de Job lo expresa así: Tales son los caminos de todos los que olvidan a Dios; Y la esperanza del impío perecerá; Porque su esperanza será cortada, Y su confianza es tela de araña. (Job 8:13-14).
¿Se ha apoyado alguna vez en una tela de araña? Así es poner todo nuestro refugio en las cosas de este mundo. Si hacemos recaer toda nuestra esperanza en el, lo más seguro es que el fruto de tal esperanza sea el equivocado, y el que no ayudará ni resolverá ninguno de nuestros problemas.
Y de allí que considero que hay tres razones básicas por las que la gente se encuentra deprimida: 1) están deprimidos por el pasado, 2) están deprimidos por el futuro o 3) están deprimidos por el presente.
La buena noticia es que Romanos 8 nos da promesas sobre estas 3 etapas de nuestra vida que se retroalimentan. Romanos 8:1, por ejemplo, nos dice que no hay condenación por nuestro pasado. Si usted es cristiano, entonces es hijo de Dios. Le ha pedido a Dios que le perdone sus pecados, Él le ha perdonado y no hay condenación para usted.
Y Romanos 8:38 nos dice que como cristianos, no hay separación de Dios en el futuro. Así que no debemos tener miedo de nuestro futuro. Luego, Romanos 8:28 nos asegura que todo lo que estamos pasando como hijos de Dios coopera en última instancia para nuestro bien.
Tal vez se sienta ansioso por su futuro. O tal vez tiene una gran dificultad impide su total avance en el momento actual. O tal vez ha hecho algo que desearía no haber hecho y cuyas consecuencias siguen formando parte de su vida actual.
Ante todas estas situaciones, no olvide que aún hay esperanza. La esperanza tiene un nombre, y es Jesús.
Oración:
Señor, que mi esperanza resida sólo en Ti, cuyo amor es eterno, inalterable y perfecto y quiere solo para sus hijos, todo lo bondadoso y agradable, todo lo que sea de fruto, todo lo verdaderamente perfecto y bueno. Asi sea, En El Nombre de Jesús, Amén.