Devocional:
Porque nada hay imposible para Dios. Lucas 1:37
¿Alguna vez sientes que oras como si estuvieras hablando contigo mismo? Cuando oras, ¿tienes en mente tus propias limitaciones en lugar del poder ilimitado de Dios? Aunque reconozcas que el Señor existe y acudas a Él regularmente con tus peticiones, es posible que sigas intentando resolver las dificultades por ti mismo en lugar de confiárselas a Él. Por eso, desde tu punto de vista limitado y terrenal, es posible que no veas esperanza en tu situación ni fin a tu sufrimiento.
En cambio, cuando te acerques a Dios, debes aceptar el hecho de que estás interactuando con el Todopoderoso, tu Señor, Hacedor, Rey, Guerrero Poderoso y Redentor. Al fin y al cabo, confiar en Dios significa mirar más allá de lo que puedes ver, hacia lo que Él ve y puede lograr. Y no hay absolutamente nada demasiado difícil de superar para Él (Lucas 1 37). Pero tu problema puede ser que no dejas de hablar el tiempo suficiente para escuchar. El Padre puede comunicarse contigo todo el día, dándote Su consuelo, Su guía y Su sabiduría, pero si no estás dispuesto a escuchar y a actuar conforme a lo que te dice, entonces no cambiará nada en tu vida.
Querido hermano y hermana, tu Dios es el Dios de toda la Creación, el Sabio Consejero que ve cada detalle de tu vida con más claridad de la que tú podrías ver jamás, y está dispuesto y deseoso de guiarte. Pero puede que estés ignorando Su consejo. Puede que estés intentando dirigir tu propia vida sin buscar sinceramente Su voluntad. No cometas ese terrible error. Más bien, ve ante el Padre en oración y abre Su Palabra, que contiene Sus principios para vivir. Pasar tiempo en las Escrituras te familiarizará con quién es Dios y cómo te comunica Su voluntad. Esto te entrenará para escuchar Su voz. Así que hoy, escucha al Padre guardando silencio ante Él, abrazando Su liderazgo y estudiando Su Palabra.
Señor Dios, abriré Tu Palabra. Háblame, Padre. Te escucho y obedeceré. En El Nombre de Jesús, Amén.