Devocional:
Dice el necio en su corazón: No hay Dios. Se han corrompido, hacen obras abominables; No hay quien haga el bien. (Salmos 14:1)
Mucha gente cree que un necio es una persona tonta o frívola. Sin embargo el significado real debe entenderse desde el punto de vista de la mente insensata tal como la describen las Escrituras: Un necio es una persona que elige arrogante y persistentemente su propio camino en vez del de Dios. Las personas insensatas apartan al Padre de sus vidas al rechazar la dirección que ofrece la Escritura. Por eso el Salmo 14:1 presenta esta descripción: “El necio ha dicho en su corazón: ‘No hay Dios'”. En otras palabras, ese individuo está convencido de que posee el entendimiento definitivo.
Parece evidente: las personas que suponen que son más inteligentes que el Señor son necias. Sin embargo, es sorprendente cuántas personas dicen creer que la Palabra de Dios es correcta, buena y verdadera, pero lo niegan con sus actos. Desconocen sistemáticamente al Padre y siguen su propio camino. Normalmente, no admiten que creen que su comprensión supera la de Él, sino que dicen cosas como: “A Dios no le importarían mis insignificantes problemas”. De este modo, se dan una excusa para elegir su propio camino, sin buscar verdaderamente la plena sabiduría de Dios.
Considera, pues, tu propio corazón. ¿Estás plenamente convencido de que el camino de Dios es el mejor? ¿Vives esa convicción buscándole en cada situación? ¿Confías en que Aquel que creó los cielos, estableció los cimientos de la tierra y os unió sabe lo que es mejor? Tu Padre de los Cielos, perfecto y omnipotente se preocupa de cada detalle de tu vida y quiere caminar contigo paso a paso. Así que no seas insensato siguiendo tu propio camino o apoyándote en tu limitada comprensión. Busca primero al Señor, pues Suyo es siempre el consejo más sabio, independientemente de lo que tengas que afrontar.
Padre, quiero ser sabio. Muéstrame las áreas de mi vida en las que me apoyo en mi propio entendimiento y enséñame a caminar por todas Tus sendas, pues serán ellas, siempre, las de mayor bendición para mi vida. En El Nombre de Jesús, Amén.