Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas. Y me dijo: Escribe; porque estas palabras son fieles y verdaderas. Apocalipsis 21:5
Con Dios, nunca hay un final absoluto, solo nuevos comienzos. Cada cierre de capítulo da paso a otro; cada noche marca el amanecer de un día fresco. Descansamos para renovar fuerzas, y para el creyente, el fin de la vida terrenal es simplemente el inicio glorioso de la vida eterna junto al Señor.
Nuestro camino como cristianos está lleno de transiciones, no de finales definitivos. Las oportunidades pueden concluir, pero siempre dejan espacio para otras nuevas. No hay motivo de temor: Cristo, que es nuestra vida, camina con nosotros y constantemente renueva todas las cosas.
Sin embargo, muchos cargan con el peso del ayer, contaminando el presente y perdiendo posibilidades. Dios separó la noche del día para que podamos vivir cada momento con libertad y esperanza. Hoy es un regalo; deja atrás el pasado y confía en que Él traerá algo nuevo en el momento perfecto.
Señor, gracias por ser el Dios que renueva todas las cosas. Ayúdame a dejar atrás el ayer y abrazar plenamente las oportunidades que me das hoy. Que no me detenga en lo que pasó, sino que viva con esperanza y fe en Tu renovación constante. Llena mi corazón de confianza en Tu timing perfecto y de alegría por los nuevos comienzos que traerás. En el nombre de Jesús, Amén.
