Todo lo que se escribió en tiempos pasados se escribió para nuestra instrucción, a fin de que por la perseverancia y el estímulo de las Escrituras tengamos esperanza. Romanos 15:4
La Palabra de Dios está llena de historias que reflejan Su fidelidad y nos dan aliento. Por ejemplo, la conquista de Canaán por parte de Josué es un poderoso recordatorio de cómo los creyentes de hoy pueden vivir una vida victoriosa al confiar en las promesas y el poder de Dios.
Aunque no estamos llamados a invadir literalmente nuevas tierras, Dios te ha dado tareas y propósitos únicos que cumplir. La historia de los doce espías en Números 13-14 nos da una lección importante: diez espías se enfocaron en los gigantes, mientras que Josué y Caleb creyeron en el poder de Dios para vencerlos. Gracias a su fe inquebrantable, fueron los únicos que finalmente llevaron a Israel a la victoria.
Este mismo tipo de fe es esencial para tu propio triunfo espiritual. Dios le dijo a Josué que meditara en Su Palabra día y noche para asegurarse de que tuviera éxito (Josué 1:8), y ese mismo principio se aplica a ti. A medida que lees y reflexionas sobre las Escrituras, verás cómo Dios ha guiado a Su pueblo a través de situaciones imposibles, y eso te animará a creer que Él puede hacer lo mismo por ti.
Así que, cada día, sumérgete en la Palabra de Dios. Déjala recordarte quién es Él y lo que Él es capaz de hacer. Su fidelidad pasada es la que alimenta tu esperanza presente.
Padre, gracias por el regalo de las Escrituras. En ellas encuentro fuerza, sabiduría y esperanza. Ayúdame a meditar en Tu Palabra cada día y a confiar en Tus promesas. Recuérdame que el mismo poder que llevó a Josué y Caleb a la victoria también está obrando en mí. Cuando el miedo me asalte, anclame mi alma en Tu fidelidad. Que Tu verdad guíe mis pasos y renueve mi confianza en cada prueba. En el nombre de Jesús, Amén.
