Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo. Efesios 1:3
¿Has considerado alguna vez todo lo que has recibido a través de tu fe en Jesús? La mayoría no lo hemos hecho; subestimamos enormemente todo lo que Cristo nos ha dado. Somos como el hombre que decide irse de crucero. Hace la reserva y compra los billetes. Hace las maletas y, cuando llega el día, se embarca. Asiste a la primera cena y contempla la larga y suntuosa mesa del bufé. Luego se sienta, abre una pequeña bolsa y saca unas galletas y un tarro de mantequilla, y empieza a degustar sus galletas, sin comprender que todas las delicias dispuestas en el mostrador, están incluidas en el precio de su billete.
Puede parecer algo menor, hasta que te das cuenta de que tienes acceso instantáneo al Dios de toda la creación y, sin embargo, todavía puedes preocuparte por cuestiones que están dentro de su provisión para ti. Se te han dado todas las bendiciones del cielo en Cristo, y nunca estás aislado de su presencia o provisión. Así que no te quedes en un estado de ansiedad o necesidad. Agradece al Padre que ya te ha dado todo lo que necesitas.
Señor, gracias por la inmensa provisión que dia a día colocas en mi vida, y que muchas veces, por mi rutina apurada, mis dificultades o angustias, o mis propias inseguridades, no consigo ver en su totalidad. Perdóname por subestimar tus bendiciones y por ver en muchas ocasiones, lo negativo de mi vida y no las grandes maravillas que en ella has obrado. Gracias por cuidarme y proveer siempre, justamente lo que necesito según Tu maravillosa voluntad, que es la perfecta y la de mayor bien, para cada uno de Tus hijos. En El Nombre de Jesús, Amén.
