Palabra:
12 Pero Jehová había dicho a Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré. 2 Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. 3 Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra. (Génesis 12:1-3)
La salvación en el antiguo y el nuevo testamento siempre se da al pecador indigno por la gracia de Dios – a través de la fe en su Palabra. La salvación es un don gratuito de la gracia de Dios, que viene a través de la confianza en la Palabra de Dios encarnada.. Cuya sangre derramada en el Calvario pagó la pena total y definitiva por el pecado, pues sin el derramamiento de sangre no hay perdón.
Abram fue llamado de un mundo de pecadores perdidos, que se habían alejado del Dios vivo y verdadero para adorar y servir a las cosas creadas en lugar de al Creador. La humanidad se había sumido en una espiral de sórdidos pecados, prácticas impías y rechazo del Señor, pues desde la creación del mundo las cualidades invisibles de Dios -su poder eterno y su naturaleza divina- se han visto y comprendido claramente a través de lo que se ha hecho, de modo que la gente no tiene excusa.
Pero… el Dios de la gloria llamó a un gentil de 75 años, pagano y sin hijos, que vivía en la ciudad idólatra de Ur… donde se adoraba a un dios de la luna – para que se convirtiera en el Padre de una nación elegida. Abram fue llamado a ser el vehículo a través del cual nacería el Salvador del mundo – y respondió creyendo en la Palabra del Señor
Dios habló a Abram y le dijo Sal de tu tierra y deja a tus parientes.. y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré;.. y él creyó en la Palabra de Dios. Abram escuchó la Palabra del Señor y creyó que Dios sería fiel para cumplir lo que había prometido – y esa simple fe de Abram, que confió en la Palabra del Señor le fue acreditada para y por justicia – porque la fe viene por el oír y el oír por la Palabra de Dios.
Oración:
Padre Celestial, gracias por el hermoso ejemplo de Abram quien por la fe en Tu Palabra se ha convertido en el ejemplo bíblico de un hombre que demostró el verdadero carácter de la fe – y que simplemente confió en tus promesas hasta en la convicción de dejar todo atrás. Gracias por la Biblia y las muchas y preciosas promesas y verdades que contiene. Ayúdame a escuchar Tu voz y a obedecer Tu llamado – para Tu alabanza y gloria, en el nombre de Jesús ruego, Amén.