Misericordioso y clemente es Jehová;Lento para la ira, y grande en misericordia. No contenderá para siempre, Ni para siempre guardará el enojo. No ha hecho con nosotros conforme a nuestras iniquidades, Ni nos ha pagado conforme a nuestros pecados. (Salmos 103:8-10)
Señor, todos somos tan propensos a ignorarte, a abandonarte, incluso a rebelarnos contra ti. ¿Por qué querrías arriesgarte a todo este rechazo? Esto solamente puede ser por causa de tu amor y misericordia infinitos. De tu amor proviene la misericordia que me da una segunda oportunidad incluso cuando no la merezco. Y no es solo una segunda oportunidad. Vez tras vez, me alcanzas con tu amor, sin importar cuántas veces mi pecado crea barreras entre nosotros. Aunque mi pecado y rebelión contra ti ameritan castigo, en lugar de eso, tú me ofreces perdón y vida eterna. Cuanto más comprenda que tú extiendes misericordia incluso cuando no la merezco, tanto más podré experimentar el alcance total de tu perfecto amor por mí. Solo entonces seré capaz de amar de verdad a los demás y mostrarles misericordia, incluso cuando no se la merezcan.