Todo camino del hombre es recto en su propia opinión; Pero Jehová pesa los corazones. Proverbios 21:2
¿Hay algún problema en tu vida que te atormenta? ¿Un fracaso o una dificultad del que has estado culpando a otra persona? Probablemente te venga inmediatamente a la mente, y te robe la paz. Sabes exactamente de qué se trata porque, cuando estás con otros, buscas de forma insistente demostrar que tienes razón al respecto y no estás dispuesto a admitir que tus acciones pudieron haber contribuído al problema. Por desgracia, esa lucha entre reconocer tu contribución al problema que enfrentas e intentar eximirte de la situación, aún de forma inconsciente, puede indicar que albergas orgullo.
Sin embargo, cuando estás ante Dios, la historia es totalmente distinta. El Padre conoce toda la verdad de aquello por lo que estás atravesando, incluídos los aspectos de la situación que no puedes ver desde tu punto de vista y los miedos arraigados en lo más profundo de tu ser al respecto. Sin duda, te sientes vulnerable cuando estás en presencia de Dios, lo que incluso puede impedir que te acerques a Él en primer lugar. Tienes miedo de escucharle porque puede revelarte que en realidad eres tú el que está equivocado. Sin embargo, comprende que no podrás experimentar la sanación en esas áreas de tu vida, hasta que dejes de responsabilizar a los demás de tus errores y fracasos y vuelvas tu atención a lo que el Padre intenta transmitirte.
Amiga, deja de tener miedo de ser real ante Dios, y deja de cerrarte a Su amor porque te aterroriza ser imperfecto. El Padre te ama incondicionalmente: a todos: defectos, fallos y todo lo que nos compone, pues nadie mejor que Él para conocer nuestra naturaleza falible. Por ello Él nunca te rechazará. Más bien quiere sanar tu corazón para que puedas experimentar realmente lo que es ser libre. ¿Y no es eso lo que realmente anhelas cuando todo está dicho y hecho? Déjale entrar en tu vida y permite que restaure tu corazón. Sabes que es lo correcto.
Señor, escudriña mis palabras, mi corazón y mis pensamientos. Revela las mentiras y sustitúyelas por Tu Palabra para que mi vida pueda glorificarte en todo momento y en todas mis actitudes y acciones. En El Nombre de Jesús, Amén.