Ninguno tenga en poco tu juventud, sino sé ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza. 1 Timoteo 4:12
Cómo creyente y mujer de Dios, eres un modelo a seguir. Tus amigos y familiares observan tus acciones y hasta inconscientemente toman cuidadosas notas mentales sobre lo que esas acciones revelan de tu carácter. Por ello quiero preguntarte, si has tenido el tiempo para reflexionar sobre las siguientes cuestiones:
- ¿Qué clase de ejemplo eres?
- ¿Eres el tipo de persona cuya vida sirve de modelo de integridad y rectitud?
- ¿Eres una creyente cuyo comportamiento sirve de modelo positivo para los demás?
- ¿Eres el tipo de cristiana cuyas acciones, día tras día, se basan en la bondad, la fidelidad y el amor al Señor?
Si es así, no sólo eres bendecida por Dios, sino que también eres una poderosa fuerza del bien en un mundo que necesita desesperadamente influencias positivas como la tuya.
Una buena amiga siempre fortalecida en fe, y un gran ejemplo de servicio a Dios, me aconsejó: “No te preocupes por lo que no entiendes de la Palabra. Preocúpate por lo que sí entiendes de ella, que no aplicas en tu vida diaria”. Es un buen consejo, porque tu familia y tus amigos te observan, y Dios también.
Tu vida es una predica. ¿Qué tipo de palabras o mensajes querrás incluir en ella? ¿Y que acciones llevarás a cabo para sostener con Tu ejemplo y Tu obra aquello de lo que has decido ser una muestra? Ser testimonio del Señor, es una de las mayores glorias que a Él podemos rendirle. Por ello, pidamos a Él hoy, el carácter para no alejarnos de sus caminos de virtud, de bondad y de misericordia, y Su guía y sabiduría para que todo aquello que realicemos, sea de edificación y ejemplo de la obra de Dios en nosotras, para todos aquellos que nos rodean.
Señor, haz que sea un ejemplo digno para mi familia y mis amigos. Y haz que mis palabras y mis actos sirvan de testimonio de los cambios que has hecho en mi vida. Permite que te alabe, Padre, siguiendo las huellas de tu Hijo, y que que los demás vean ese trayecto, a través de mí. En El Nombre de Jesús, Amén
