Medita en él día y noche, para que cuides de hacer conforme a todo lo que está escrito en él; porque entonces tú… tendrás éxito. Josué 1:8
Meditar en la Palabra de Dios es reflexionar con calma y atención sobre lo que Él nos dice. Es pensar profundamente en lo que las Escrituras nos enseñan, cómo se aplicaron a las personas en el pasado, y cómo el Padre quiere que esas mismas verdades se apliquen a tu vida hoy. Cuando te concentras en los versículos que hablan directamente de tus luchas y eliges alinearte con la voluntad de Dios, absorbes la verdad que te da libertad y te acerca a la victoria.
Esto es crucial, porque la vida está llena de batallas espirituales, y necesitas sabiduría y fortaleza divinas para enfrentarlas. Josué aprendió esta lección al dirigir a Israel contra la poderosa ciudad amurallada de Jericó (Josué 6). La ciudad no cayó por pura estrategia o poder humano; cayó porque Israel obedeció a Dios y Su poder derribó los muros.
Lo mismo es cierto para ti. Cualquiera que sea el obstáculo que enfrentes hoy, el poder de Dios es suficiente. Pero necesitas estar en Su Palabra, conocer Su voluntad y recibir Su fuerza. Deja ir la incredulidad, el engaño y el miedo, ya que estos son los obstáculos que te impiden disfrutar de la vida abundante que Dios tiene para ti. En su lugar, permite que Su verdad renueve tu mente y te fortalezca. Confía en Él para que Él peleé por ti, y camina en la victoria que ya ha preparado para ti.
Señor, enséñame a meditar en Tu Palabra día y noche. Ayúdame a comprender lo que me estás diciendo y a aplicarlo a mi vida. Fortalece mi fe para que pueda dejar atrás el miedo y la incredulidad. Cuando lleguen las batallas, recuérdame que Tú luchas por mí. Tu Palabra es mi refugio y mi guía. Guíame en la verdad y ayúdame a caminar en la victoria que ya has ganado para mí. En el nombre de Jesús, Amén.