Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas. Josué 1:9
Israel estaba al borde de una nueva era en la vida de su nación. Cuarenta años antes, Dios les había liberado de su esclavitud de cuatrocientos años bano la mano impía y cruel de los faraones egipcios. Pero cuando se les dio la oportunidad de entrar en la Tierra Prometida, en vez ver con buenos ojos su liberación de tal oprobio a manos de los faraones, decidieron enfocar su percepción en los obstáculos de esta nueva tierra. Sólo Caleb y Josué tuvieron la fe de creer a Dios.
Luego de eso, tras cuarenta años de vagar por el desierto, a Josué se le encomienda la tarea de guiar a los hijos de aquellos detractores para que tomaran la tierra que Dios prometió hace mucho tiempo a Abraham. Es interesante observar que entre el encargo de Moisés y la comunicación directa de Dios al nuevo líder, se le pedía a Josué, «se fuerte» no menos de siete veces (Deuteronomio 31:6-7, 23; Josué 1:6-7, 9, 18). Y no era para menos. Josué se enfrentaba a una tarea que sería imposible llevar a cabo sin la ayuda de Dios.
Los retos de la vida, en muchos momentos pueden parecer imposibles. Algunos pueden ser obstáculos o batallas pasadas y que ya hemos luchado sin alcanzar la victoria definitiva; otros pueden estar ocultos a la vista ahora mismo. Sea lo que sea lo que te aguarde, infunde valor a Tu espíritu y a tu corazón, a partir de estas promesas dadas a Josué, y reclámalas para el nuevo reto que te espere en el próximo paso que decidas emprender. Recuerda: «no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas».
Padre, gracias por las promesas de Tu Palabra de que siempre estás y estarás con nosotros, sin importar lo arduo del camino. Gracias porque nunca tenemos que afrontar nada sin Tu presencia y ayuda constante. Que asi sea siempre Señor, En El Nombre de Jesús, Te lo pido, Amén.
