Porque Dios no es injusto para olvidar vuestra obra y el trabajo de amor que habéis mostrado hacia su nombre, habiendo servido a los santos y sirviéndoles aún. Hebreos 6:10
A veces, los creyentes pueden sentir que todo lo que hacen en obediencia a Jesús pasa desapercibido. Puede que no vean el fruto inmediato de su labor, o que las tareas que realizan les parezcan rutinarias, pequeñas o sin impacto visible en el reino de Dios. Sin embargo, la Escritura asegura que el Padre celestial es justo y bondadoso, y no olvida ninguna obra, por pequeña que sea, cuando se hace por amor a Su nombre.
Jesús mismo prometió: «Y cualquiera que dé a uno de estos pequeñitos un vaso de agua fría solamente, por cuanto es discípulo, de cierto os digo que no perderá su recompensa» (Mateo 10:42). Nada hecho con diligencia y amor es insignificante para Dios. Cada palabra, cada acción, cada pequeño acto de servicio es cuidadosamente observado y valorado por el Señor, que ve todo desde su trono eterno.
Por eso, los creyentes no deben rendirse ni caer en la trampa de pensar que sus vidas no cuentan o que sus esfuerzos para el reino son inútiles. Dios es absolutamente estratégico en la forma en que guía a cada uno, y Él mismo traerá fruto en el tiempo correcto. Como enseña la Palabra: lo que se siembra, se cosecha, y la cosecha suele llegar más tarde, pero siempre en la medida perfecta de Dios.
Por lo tanto, es vital seguir sirviendo con alegría y confianza, sabiendo que cada acto de obediencia tiene un impacto eterno.
Señor, gracias por recordarnos que Tú ves y valoras cada servicio realizado en Tu nombre. Fortalece a cada creyente para permanecer fiel, incluso cuando el fruto no sea visible de inmediato. Ayuda a servir con amor, obediencia y paciencia, confiando en que Tú traerás la cosecha en el tiempo adecuado. Que cada obra sea para Tu gloria y para la expansión de Tu reino. En el nombre de Jesús, Amén.