No te fatigues por ganar riquezas, cesa de considerarlas. (Proverbios 23:4)
La gente anhela sentirse segura y, para conseguirlo, a menudo persiguen la riqueza a costa de todo lo demás: sus comunidades, amistades, familias e incluso su propia salud y bienestar. Algunos lo consiguen convirtiéndose en adictos al trabajo, mientras que otros lo hacen por medios ilícitos. ¿Y qué compran? Más cosas que no satisfacen sus anhelos. Pueden comprar objetos que exteriormente indican valor, como coches, casas, joyas, tratamientos de belleza o lo que sea. O pueden adquirir cosas que intentan mitigar su dolor interior, como alcohol y drogas. Lamentablemente, esto sólo les aleja de lo que realmente necesitan.
Qué desperdicio de vida y de recursos. ¿Te imaginas qué cosas tan asombrosas se podrían hacer si la gente redirigiera todo ese esfuerzo y energía a perseguir el Reino de Dios? Piensa en el cambio que podría ocurrir en nuestra nación si el dinero que se gasta en cosas que nos dañan física, psicológica, relacional y espiritualmente se gastara en cambio de una manera piadosa, enseñando a la gente cómo tener una relación satisfactoria con el Señor. Sin duda, quedaríamos absolutamente asombrados. Podríamos llegar a los que nunca han oído el Evangelio, consolando a los que sufren y dando esperanza a los que no la tienen. Los hambrientos podrían ser alimentados, los que tienen frío podrían ser vestidos y abrigados. Los analfabetos podrían aprender a leer y escribir, y los no cualificados podrían adquirir las habilidades necesarias para ganarse el sustento y mejorar su calidad de vida. Y todo ello se haría en nombre de Aquel que salva nuestras almas de la tumba, el único que realmente nos da seguridad y protección (Hechos 4:12).
Que Dios de al mundo la gracia para que esa realidad sea hecha, y el ser humano sea racional y caritativo en el uso de sus recursos, para su bien, para el bien de otros y para la edificación del Reino.
¡Señor, qué mundo tan diferente sería éste si redirigiéramos nuestros recursos al servicio de Tu reino en lugar de tratar de satisfacer necesidades espirituales que sólo Tú puedes colmar! Que Tú seas siempre mi prioridad, en todo tiempo y todo momento. En El Nombre de Jesús, Amén.
