Jehová está conmigo entre los que me ayudan; Por tanto, yo veré mi deseo en los que me aborrecen. (Salmos 118:7)
Muchas veces he podido experimentar la Presencia de Dios a través de actos de bondad, gracia, amor y misericordia de personas cercanas a mí, así como de algunas a kilómetros de distancia. Hubo momentos en los que necesitaba de algún tipo de ayuda, ya fuera una palabra de aliento, un gesto de afecto o algún bien material, y ahí estaban presentes esas personas, como verdaderos canales del amor de Dios, siendo instrumentos utilizados por Él para ayudarme.
Así es como Dios obra, utiliza a las personas a nuestro alrededor, para bendecirnos. El Señor está con nosotros entre los que nos ayudan. Él es nuestro ayudante, nuestro Padre, nuestro Amigo. Quien confía en Él nunca será confundido, ni avergonzado. Toda esperanza depositada en Él nunca será defraudada.
Cuando te sientas solo, mira a tu alrededor y date cuenta de cuántas personas ha colocado Dios en tu camino para bendecir tu vida. La ingratitud distorsiona la visión. Cuanto más agradecidos seamos al Señor, más nos daremos cuenta de cuánto nos ha bendecido a través de las vidas de las personas que ha puesto de nuestro lado.
El deseo de mi corazón es que cada uno de nosotros esté dispuesto a ser un ayudante. Que Dios nos utilice como comunicadores de Su amor. Sólo así podrá el mundo conocer el amor de Cristo Jesús al ver Su amor en nuestras actitudes.
Un final de día, lleno del amor de Dios para ti y para mí.
Oración:
Señor, gracias por las personas que colocas a mi alrededor, y que me ayudan, me inspiran y me fortalecen para seguir adelante. Hazme de ese mismo modo un colaborador de mis hermanos, para que con humildad, vean en mi un camino para volverse a Ti, y tambén seguirte. En El Nombre de Jesús, Amén.