Hubiera yo desmayado, si no creyese que veré la bondad de Jehová En la tierra de los vivientes. (Salmos 27:13)
Cada día debemos tener presente los planes que Dios tiene para todos aquellos que pertenecemos a Él y reconocer que solo son buenos planes ya que el Señor nos ama tanto como nosotros lo amamos a Él.
Como el amor es su naturaleza, Dios nunca obrará para cosas contrarias a ella. Más bien procurará para nosotros una vida fructífera, de paz y bendiciones, pidiéndonos solo que actuemos conforme a su palabra dando desinteresadamente a los que nos rodean. Así lo menciona la palabra en Mateo 7:11, “Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan?”.
Dios vela por nuestro bienestar y de allí debemos creer, tener fe en dos elementos que los planes del Señor contemplan: primero los planes del Señor nunca nos dañarán y en consecuencia serán siempre de bien; segundo Dios diseña para nosotros planes de esperanza, y de futuro.
Así, no debemos nunca poner en duda los frutos que ellos traerán a nuestra vida, incluso si el tiempo se hace largo y ellos no se materializan cuando nosotros deseamos. Dios algunas veces retrasa sus respuestas, porque busca cultivar en nosotros nuestra fe y confianza en Él. Al pensar en los planes del Señor para ti, Recuerda a Salmos 27:13 “Hubiera yo desmayado, si no creyese que veré la bondad de Jehová en la tierra de los vivientes.”
Señor, cultiva en mí la paciencia y serenidad para aceptar tus tiempos. Fortalece mi fe, cuando he caído, para mantenerme firme en la convicción de que los planes que tienes en mi vida serán al final de esperanza y de futuro. En El Nombre de Jesús, Amén.