Conforme al propósito eterno que hizo en Cristo Jesús nuestro Señor, en quien tenemos seguridad y acceso con confianza por medio de la fe en él. Efesios 3:11-12
En nuestro hogar, una de las primeras cosas que enseñamos a nuestros hijos, es que Jesús les ama, y se apresuran a creerlo. Podríamos revelar esta fundamental verdad y esperar que rinda sus frutos, pero también es cierto, que a medida que nos hacemos mayores, las dificultades y decepciones de la vida pueden hacernos dudar de esta verdad. Nos preguntamos cómo un Dios misericordioso podría permitir la muerte de un ser querido, la pérdida de un trabajo, una crisis económica o una dolorosa enfermedad terminal.
Pero no podemos juzgar el amor de Dios basándonos en las circunstancias. Las dificultades son una certeza en la vida (Juan 16:33), y no reflejan la profundidad, amplitud y altura del amor de Dios por nosotros. Por eso Pablo instó a los efesios a que no dejaran que sus tribulaciones les desanimaran (Ef. 3:13): sabía que esas penurias formaban parte del plan de Dios. Y lo mismo es cierto para todo creyente. A través de nuestras pruebas, Dios obra poderosamente en nuestro interior para hacer más de lo que podemos percibir o imaginar (Ef. 3:20).
El Señor quiere que creas que Su amor por ti es firme y que puede sostenerte en las épocas difíciles de la vida. ¿Buscas crecer en la comprensión de Su amor? Cuanto más te detengas en la gracia divina, más firme te mantendrás durante las pruebas. Empieza por pedir a Dios que te dé una comprensión más profunda mientras meditas en Su amor, tal como se describe en Su Palabra.
Dios Te Bendiga.