Por tanto, Jehová esperará para tener piedad de vosotros, y por tanto, será exaltado teniendo de vosotros misericordia; porque Jehová es Dios justo; bienaventurados todos los que confían en él. Isaías 30:18
La Biblia, como Palabra Sagrada, plantea la pregunta: ¿Dios sigue queriendo comunicarse directamente con nosotros? La respuesta es un rotundo sí, por varias razones de peso.
En primer lugar, la guía de Dios es esencial en nuestras vidas. La Biblia describe con frecuencia a Dios dando instrucciones explícitas a Sus discípulos. Es crucial recordar que nosotros también necesitamos Su dirección en nuestras vidas.
En segundo lugar, nuestra dependencia del poder de Dios es tan significativa como lo fue para los israelitas. Todos nos enfrentamos a momentos desafiantes similares a los del “Mar Rojo” de los israelitas, en los que el camino a seguir parece poco claro. En esos momentos, igual que El Señor guió a los israelitas al dividir el Mar Rojo, intervendrá en nuestras vidas.
Y lo que es más importante, Dios anhela una relación profunda y personal con nosotros. Su amor por nosotros es tan profundo como lo fue por Sus seguidores en los tiempos bíblicos. Busca una relación genuina y conversacional con los creyentes modernos, como hizo con Abraham, Moisés y los profetas. Nuestro objetivo primordial debe ser cultivar una comprensión profunda de Él y mejorar continuamente esta relación.
Nuestra conexión con Dios no debe ser unidireccional. Requiere un intercambio continuo, un diálogo en el que no seamos los únicos que hablamos. Aprendiendo a escuchar, podemos profundizar en nuestra comprensión e intimidad con Dios, fomentando una conexión más profunda.
Señor, mantén atento mi corazón y mi espíritu para escucharte y poner mi atención, en las múltiples y únicas formas que deseas hablarme: por medio de una intuición, un evento o acontecimiento en mi vida, o también a través de otras personas. Que escuche y aplique Tu mensaje y pueda caminar en comunión contigo en todo momento, glorificándote y alabándote con cada una de mis acciones. Te lo pido, Señor, En El Nombre de Jesús, Amén.