Muchos pensamientos hay en el corazón del hombre; Mas el consejo de Jehová permanecerá. (Proverbios 19:21)
Jonás era como tú y como yo: tenía sueños y planes para su futuro. Pero cuando Dios reveló Su objetivo para la vida de Jonás, sacudió al profeta hasta la médula: “Ve a Nínive, aquella gran ciudad, y pregona contra ella” (Jonás 1:2). A Jonás no le gustó nada aquel encargo. Al fin y al cabo, los asirios eran enemigos acérrimos de Israel, un pueblo brutal que no tuvo ningún problema en matar a un profeta hebreo que para ellos era entrometido.
Todos conocemos la historia. Jonás huyó de la orden de Dios en un barco hacia Tarsis, y el Señor envió una violenta tormenta para impedir su avance. La situación llegó a ser tan grave que Jonás dijo a los marineros que lo arrojaran por la borda si querían sobrevivir. Así lo hicieron: arrojaron a Jonás al mar, y Dios envió un gran pez para ponerle de nuevo en camino. Finalmente, Jonás se arrepintió e hizo lo que el Señor le pedía.
Puede que juzguemos a Jonás por huir de Dios, pero a menudo nosotros hacemos lo mismo. Huimos de lo que manda el Padre porque queremos tener el control de nuestra vida y que ésta sea lo más cómoda para nosotros. Podemos desobedecer abiertamente a Dios, o tomar un camino más sutil: evitarle y alegar ignorancia de lo que Él quiere. Pero entiende que ninguna de las dos estrategias nos libera de la responsabilidad de obedecerle, y por eso Él envía circunstancias contrarias para que volvamos al camino correcto.
Así que haz balance de tu vida. ¿Te parece que, por mucho que te esfuerces, no progresas? ¿Estás experimentando un revés tras otro, como si una mano fuerte estuviera en tu contra? Entonces es posible que El Señor esté intentando llamar tu atención, para que cambies algo que hasta el momento no has podido ver, y sigas completamente Su voluntad. Dedica tiempo a la oración y pídele sabiduría para que Te revele aquello que requiere de Ti, y al conocerlo, asegúrate de que estás obedeciendo todo aquello para lo que El Señor te ha llamado.
Señor, quiero obedecerte, pase lo que pase. Revélame Tu voluntad para que pueda trabajar contigo y no contra Ti. En El Nombre de Jesús, Amén.