Por tanto, yo os juzgaré a cada uno según sus caminos, oh casa de Israel, dice Jehová el Señor. Convertíos, y apartaos de todas vuestras transgresiones, y no os será la iniquidad causa de ruina. Ezequiel 18:30
¿Hay algún asunto sin resolver que sigue apareciendo cada vez que te acercas a Dios? Tal vez sea un deseo insatisfecho, un hábito persistente o un pecado que parece siempre volver. En el fondo sabes que no te satisface, pero aún se aferra a ti y te roba paz. La realidad es que solo te aleja de la alegría, la libertad y el propósito que Cristo quiere para ti.
Dar el paso del arrepentimiento puede doler, especialmente si has desarrollado una dependencia. Tal vez reconozcas que tu pecado limita tu servicio a Dios, pero dudas por miedo o vergüenza. Sin embargo, la Palabra nos asegura que al otro lado de la obediencia está la gracia. Cuando eliges apartarte del pecado, el Señor sana tus heridas, restaura tu alma y te conduce a la libertad, la paz y a una comprensión más profunda de Su poder obrando en ti.
El desafío es mirar tu esclavitud desde la perspectiva de la eternidad. Comparada con el amor, la misericordia, la sabiduría y la fuerza infinitas de Dios, cualquier atadura terrenal se revela sin valor. Pero dar el paso hacia la obediencia tiene un valor eterno, porque te lleva a la verdadera libertad en Cristo. Hoy es el día para avanzar y ser libre.
Señor, dame el valor para dejar atrás lo que me ata. Ayúdame a arrepentirme con sinceridad, a confiar en tu gracia y a caminar en la libertad que solo Tú puedes dar. Sana mi corazón y guíame cada día hacia tu paz y tu propósito. En El Nombre de Jesús, Amén.