La bendición de Jehová es la que enriquece, Y no añade tristeza con ella. Proverbios 10:22
La verdadera medida del éxito
Peso y balanzas justas son de Jehová; Obra suya son todas las pesas de la bolsa. (Proverbios 16:11)
¿Cuál es tu definición de éxito? Humanamente, a menudo lo describimos como la ganancia financiera de una persona de negocios, la fama de una celebridad o la habilidad excepcional de un atleta. Independientemente del ámbito en el que observemos, generalmente equiparamos el éxito con la fama, el dinero, los logros y el poder. Sin embargo, si estos fueran realmente la forma de medir, entonces nunca podríamos llamar exitoso al apóstol Pablo.
¿Era famoso Pablo? Durante su vida, fue despreciado. Los judíos y los estrictos gobernantes romanos consideraban a Pablo un notorio alborotador. ¿Era rico? Como fariseo y líder entre los judíos, lo más probable es que lo fuera. Sin embargo, cuando Jesús le llamó a difundir el Evangelio por el mundo, su situación económica cambió rápidamente. Vivió el resto de su vida como predicador itinerante, manteniéndose en sus tres viajes misioneros fabricando tiendas. ¿Era popular Pablo? A los ojos del mundo, era simplemente un predicador extraño y descarado de una nueva y extraña religión. Entraba y salía de la cárcel, a menudo de aspecto poco impresionante y víctima de una dolencia no especificada (2 Corintios 12:7).
Pero, ¿era Pablo poderoso? En su propia fuerza, Pablo era tan débil como cualquier otro hombre. Sin embargo, Pablo tenía acceso al poder más asombroso que el mundo haya conocido jamás: Jesucristo. Ante su debilidad, exclamó: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” (Filipenses 4:13).
Hermano y hermana, que hoy lees estas líneas, ese mismo poder está disponible para ti hoy. Puede que no hayas cumplido todavía los grandes objetivos que te has propuesto, sin embargo, no olvides que lo que más importa es quién eres a los ojos del Padre. Alaba a Dios por hacerte un éxito a través de Jesucristo nuestro Señor, llamándote a convertirte, en Él, una nueva creación. Teniendo presente esa gran verdad, cada día de Tu vida, verás que ya el mayor poder sobre todo lo creado, está contigo producto del amor infinito, infalible e invariable, de Tu Padre de los Cielos.
Dios Te Bendiga.
Señor, gracias porque la verdadera medida de mi valor y éxito viene a través de Ti. Ayúdame a obedecerte para que en todas las cosas sea más que un vencedor como el apóstol Pablo. En El Nombre de Jesús, Amén.
Señor, gracias por el don de los amigos piadosos. Por favor, guíame hacia aquellos en quienes puedo confiar y trae a mi vida personas que me ayuden a crecer más cerca de Ti. En El Nombre de Jesús, Amén.
