¿No yerran los que piensan el mal? Misericordia y verdad alcanzarán los que piensan el bien. Proverbios 14:22
¿Hay planes en el corazón de un creyente que desea asegurarse de que provienen de Dios? Una forma sabia de proceder es escribir aquellas áreas en las que percibe que el Señor lo está guiando a actuar y, luego, evaluar si sus metas se alinean con el camino de la fe mediante los siguientes criterios:
- ¿Este objetivo glorifica a Dios?
- ¿Será una mejor persona si sigue este curso de acción?
- ¿Esta meta lo hará madurar en Cristo?
- ¿Beneficia a otros de la manera que Dios instruye?
- ¿Alguien resultará perjudicado por sus acciones, o también otros disfrutarán de las recompensas?
Si puede responder afirmativamente a estas preguntas, es muy probable que esté yendo en la dirección correcta. De lo contrario, es momento de examinar el corazón y permitir que las Escrituras ajusten su camino. En cualquier caso, no debe dejar de buscar al Señor mientras avanza.
Nada es tan refrescante como la satisfacción de saber que uno está trabajando por un propósito dado por Dios. Por supuesto, caminar por fe y esforzarse por alcanzar metas centradas en Cristo es un proceso que puede incluir algunas decepciones. Pero eso no significa que haya fracasado o que, de algún modo, Dios lo haya defraudado. Al contrario, cuando lleguen los reveses, debe tratarlos como oportunidades para aprender, seguir aferrándose a Jesús y avanzar con una fe sincera.
Señor, gracias por guiar a tus hijos al establecer metas que se alinean con Tu voluntad. Ayúdalos a buscar siempre Tu dirección y a asegurarse de que sus planes Te glorifiquen y beneficien a los demás. Cuando enfrenten reveses, dales la gracia de aprender de ellos y confiar en que Tú estás obrando todo para su bien. Que puedan entregarte sus planes con plena confianza, sabiendo que Tú eres fiel para guiarlos y fortalecerlos. En el nombre de Jesús, Amén.
