Bienaventurado el hombre que persevera en la prueba; porque una vez aprobado, recibirá la corona de la vida. Santiago 1:12
Dios comprende el profundo trauma que puede infligir la adversidad, especialmente cuando nos enfrentamos a la persecución a causa de nuestra devoción a Su nombre. Él conoce cada sacrificio que hacemos, cada rechazo que sufrimos y cada momento en que nos sentimos incomprendidos. Sin embargo, Él promete una recompensa especial -la corona de la vida- a quienes eligen mantenerse firmes y representar a Jesús con amor, sin importar el costo.
A veces, incluso otros creyentes pueden criticarte, rechazarte o acosarte por tu fidelidad a Cristo y a Su Palabra. A medida que la cultura se aleja más de Él, tales pruebas sólo aumentarán. ¿Perseverarás, o dejarás que la frustración aleje tu corazón? Recuerda que Jesús mismo fue maltratado de la misma manera. Él nos anima:
Bienaventurados seréis cuando os injurien y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros por mi causa. Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa en el cielo es grande”. Mateo 5:11-12
Así que no te rindas. Mantén una actitud amorosa, semejante a la de Cristo, mantén tus ojos fijos en Sus promesas, y continúa representándolo bien.
Padre Celestial, gracias por conocer cada prueba que enfrento y por nunca apartarte de mi lado. Concédeme valor para perseverar cuando llegue el rechazo o la persecución, y llena mi corazón de alegría para que pueda regocijarme incluso en medio de las dificultades. Que Tu fuerza me sostenga, Tu gracia me sustente y Tu amor se desborde a través de mí hacia los demás. Ayúdame a honrarte en toda circunstancia, confiando en que recompensarás mi fidelidad con la corona de la vida. En El Nombre de Jesús, Amén.