El ungüento y el perfume alegran el corazón, Y el cordial consejo del amigo, al hombre. Proverbios 27:9
Es maravilloso tener un amigo a quien acudir en busca de consejo, que sabes que será sabio y discreto en la orientación que te dé. Pero antes de aceptar cualquier recomendación de otro creyente, es crucial que observes su vida y te preguntes: «¿Está viviendo este individuo de acuerdo con la voluntad de Dios?». La última persona de la que quieres recibir consejo es alguien que está desobedeciendo activamente al Padre. Por ello es necesario, en esos casos, ser conscientes de buscar a alguien que obviamente esté sometido al Padre-un cristiano que claramente entiende cómo escuchar a Dios y tiene una fuerte relación con Él. Alguien que está caminando activamente en el centro de Su Voluntad.
Por supuesto, no importa cuán piadoso sea tu amigo, nunca le preguntes: «¿Podrías decirme la voluntad de Dios para mi vida?» o «¿Qué debo hacer?». Esas no son las preguntas correctas. En su lugar, pregunte: «Basándote en tu relación con el Señor y en tu conocimiento de Su Palabra, ¿tienes alguna idea de lo que Dios puede estar diciéndome? ¿Qué dicen las Escrituras sobre mi situación?».
Un buen amigo siempre tendrá en mente tu bienestar espiritual y será reservado en cuánto a aquello que le hayas transmitido. Del mismo modo, un consejero piadoso estará motivado para guiarte a la verdad, incluso cuando sea incómodo o duela, porque él o ella querrá verte libre de ataduras y seguir a Cristo en obediencia. Así que busca personas cuyo deseo sea que tengas una relación sólida con el Señor, para que puedas experimentar la vida verdadera que sólo Él puede darte. Ese es el tipo de amigo en cuyo consejo siempre podrás confiar.
Padre, gracias por los amigos piadosos en cuyo consejo puedo confiar. Dame discernimiento sobre en quién confiar y guíame hacia personas que siempre te pongan a Ti en primer lugar. En El Nombre de Jesús, Amén.