Versículo:
Deléitate asimismo en el Señor, y él te concederá las peticiones de tu corazón. (Salmos 37:4)
Comentario:
¿Qué es lo que más deseas? ¿Una carrera de éxito o una importante cuenta bancaria? ¿Anhelas a alguien con quien compartir cenas románticas o pintorescos paseos en bicicleta? En realidad no importa. Lo relevante es que estés plenamente comprometida con Dios. Cuando este sea el caso, los deseos de tu corazón serán los que él coloque allí. Te los concederá, porque le honrarán a él.
Demasiadas veces consideramos las promesas de Dios como una especie de fórmula mágica. No nos damos cuenta de que tienen más que ver con nuestra propia relación con él. Comienza con un deseo del corazón por vivir tu vida de un modo que agrade a Dios. Solo entonces tendrá lugar su cumplimiento.
La promesa del salmo 37.4 no pretende ser para ganancia personal, aunque en ocasiones sea un beneficio colateral. Significa glorificar a Dios. Él quiere concederte los deseos de tu corazón cuando estos se alineen con su plan perfecto. Al deleitarte en él, sus anhelos se convertirán en los tuyos, y serás grandemente bendecida.
Oración:
Señor, sé que quieres otorgarme los deseos de mi corazón. Ayúdame a vivir de una forma que lo haga posible. Amén