Versículo:
Que hace cesar las guerras hasta los fines de la tierra. Que quiebra el arco, corta la lanza, Y quema los carros en el fuego. (Salmos 46:9)
Comentario:
En su alabanza, el salmista continúa ilustrando la acción de Dios para superar las dificultades que se presentan y también para mantener el control sobre todas las cosas.
El ejemplo de la guerra viene a hacer comprender al pueblo (a través de simples ejemplos de la época) lo mucho que el Señor obró en la vida de sus siervos.
Dios elimina los conflictos, es más, interrumpe el ciclo de la guerra destruyendo los instrumentos que se utilizarían: el arco se rompe, la lanza se corta y los carros (carro o carroza – es un carro de guerra de dos ruedas, movido por dos caballos) se queman.
El Señor no sólo se preocupa por detener la lucha, sino que desea y actúa para que no continúe ni vuelva a ocurrir con el tiempo.
Alabar a Dios es descansar en Él de tal manera que sepamos que las luchas vendrán, algunas son inevitables, pero serán superadas, y más que eso, los elementos que pueden hacerlas retroceder serán destruidos.
Oración:
Señor, que Tu mano prevalezca sobre la maldad que intenta reinar en este mundo a través de guerras, catástrofes, conflictos e intereses egoístas de los que estimulan esos eventos. Que Tu poder perfecto prevalezca sobre la imperfección mortal del hombre que no tenga piedad. Amén.
