En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros. Juan 13:35
Jesús sabe que será difícil para ti amar a todos—que habrá personas con quienes te encontrarás que son desafiantes de amar. Esto puede deberse a muchos factores, como la manera en que fuiste criado, diferentes tipos de personalidad, maltrato por parte de otros, o heridas emocionales que aún no han sanado.
Sin embargo, recuerda siempre que aunque tus capacidades sean limitadas, la capacidad de Dios para amar no tiene límites. Por eso, cuando Jesús envió a los doce en su primera misión, les instruyó: “De gracia recibieron, den de gracia” (Mateo 10:8). La capacidad de cuidar a otros de la manera que necesitan proviene de relacionarte correctamente con Dios y abrazar cuán profundamente Él te valora, provee para ti, sana y te acepta.
Puedes amar libremente, dar generosamente, perdonar sin reservas y servir sin cargas porque eres el receptor del amor incondicional e ilimitado del Padre. Ábrete por completo a Él y no podrás evitar que Su maravilloso amor se derrame hacia la vida de los demás.
Señor, enséñame a amar con Tu amor, incluso cuando sea difícil. Sana mis heridas, suaviza mis reacciones y llena mi corazón con Tu compasión ilimitada para que pueda ser un reflejo vivo de Tu gracia en la vida de quienes me rodean. En El Nombre de Jesús, Amén.