Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho. Juan 14:26
Como sabemos, el Señor Jesús es nuestro amado y fiel “Emanuel”, que traducido significa “Dios con nosotros” (Mateo 1 :23). Por eso, cuando se acercaba su crucifixión, pasó sus últimas horas con los discípulos explicándoles que el don del Espíritu Santo, que sería el agente divino y perdurable de la presencia del Señor con ellos tras la muerte y ascensión de Cristo. El Espíritu Santo es la razón por la que Jesús pudo decir: «Yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo» (Mateo 28:20). Ya no estarían separados de Dios de ninguna manera, ni física, ni espiritual, ni relacionalmente. Su Espíritu continuaría morando en ellos hasta el día de la redención (Efesios 4:30).
Lo mismo es cierto para ti. Nunca estás solo. Nunca estás desamparado. Nunca estás abandonado. Dios está contigo: la presencia de su Espíritu Santo en tu interior es incondicional e incesante. Como galardón de la fe, Su residencia es absolutamente permanente. Nunca hay un momento en el que el Espíritu Santo no esté contigo. Y aún mejor, Él te enseña todo lo que necesitas saber para hacer lo que es correcto de forma que puedas agradar al Padre y caminar en Su voluntad (Juan 14:26).
Por ello hermano y hermana que lees estas líneas, la presencia del Espíritu Santo es incondicional. Ya sea que el gozo del Señor se desborde en ti o que las profundidades de la desesperación te abrumen, Él está allí. Así que consuélate sabiendo el gran recurso, poder, sabiduría, amor y seguridad que tienes como hijo del Dios viviente. A través del Espíritu Santo, el Padre está íntimamente involucrado en cada detalle de tu existencia, Su ayuda es inmediata, y todo lo que necesitas para la victoria está disponible incluso antes de que lo pidas.
Señor, gracias por Tu Espíritu que mora en mí y que siempre me conduce, me consuela, me guía y me da poder. A Ti sea siempre, toda la gloria. En El Nombre de Jesús, Amén.