No tiene temor. Proverbios 31:21
¿Qué crees realmente cuando te enfrentas a dificultades? ¿Cuestionas el carácter de Dios y te preguntas si te está castigando? ¿O le das las gracias porque sabes que ha prometido que todas las cosas cooperan para tu bien (Romanos 8:28)? En otras palabras, ¿expresas tu confianza en Él? ¿O permites que tus miedos y temores empañen lo que Él está haciendo?
Amigo, no debería haber ninguna ansiedad en tu relación con el Padre. El apóstol Juan explica: “Y nosotros hemos conocido y creído el amor que Dios tiene para con nosotros. En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor lleva en sí castigo”. (1 Juan 4:16, 18). El Padre se preocupa por ti profunda e incondicionalmente. Permite que haya desafíos en tu vida para enseñarte a caminar más cerca de Él. Nunca son para perjudicarte.
De hecho, sabemos que los grandes santos de La Palabra de Dios se enfrentaron a dificultades abrumadoras y fueron alabados por su fe: glorificaron al Padre a pesar de probabilidades increíbles y adversarios asombrosos. Ellos “conquistaron reinos, realizaron actos de justicia, obtuvieron promesas, cerraron la boca de los leones” (Hebreos 11:33-34), todo porque confiaban en el Padre y querían honrarle. No se centraron en la magnitud de los desafíos, sino que “soportaron, como viendo al que no se ve” (Hebreos 11:27). Y el Señor recompensó su devoción concediéndoles victorias asombrosas.
Lo mismo puede ocurrirte a ti. Así que elige creer al Señor por encima de tus temores. Después de todo, “sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.” (Hebreos 11:6).
Padre, quiero creerte en todas las cosas. Ayuda a mi incredulidad y lléname de valor para seguirte fielmente, en cualquier circunstancia. En El Nombre de Jesús, Amén.