Torre fuerte es el nombre de Jehová; A él correrá el justo, y será levantado. (Proverbios 18:10)
No estás sola. Todo el mundo experimenta angustias, decepciones y dudas. Todas nos enfrentamos a situaciones en las que nos sentimos vulnerables, descontentos e indefensos. En tales momentos es cuando nos preguntamos por qué nuestra fe es tan débil y las dudas más dolorosas se agolpan en nuestra mente: ¿Me ha abandonado Dios? ¿Le he decepcionado? ¿Por qué lo ha permitido?
La verdad es que, si te haces estas preguntas, significa que tu corazón está vuelto hacia el Padre, y eso Le complace (Salmo 9:10). Cuando corres hacia Él, confías en que te dará cada una de las respuestas que buscas y te aferras a Su maravilloso carácter, siempre encontrarás un lugar de seguridad y refugio, siempre serás aceptada por Él.
Puedes consolarte con el poderoso testimonio de David: “Aunque ande en valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo” (Salmo 23:4). David aprendió que la presencia protectora del Padre era un hecho innegable e inmutable, y tú también puedes hacerlo. No importa lo desesperadas o peligrosas que parezcan tus circunstancias, el Señor nunca te abandonará; no por lo que seas o por lo que hagas, sino por lo que Él es.
No estás sola. Todo creyente se enfrenta a momentos de dificultad y duda. Y Dios te aclarará lo que quiere que hagas. Tanto si necesitas arrepentirte de algún pecado, dar un paso de fe o simplemente esperar Su momento perfecto, ten paciencia, porque Él no dejará de guiarte por el camino que debes seguir. Y al igual que estuvo con David y con tantos antes que tú, tu amoroso Padre celestial también estará contigo.
Señor, gracias por ser mi torre fuerte, mi lugar infalible y seguro , de aceptación, refugio, y esperanza. Ayúdame a aferrarme a Ti y a obedecerte en todo. En El Nombre de Jesús, Amén.