El camino de Jehová es fortaleza al perfecto; Pero es destrucción a los que hacen maldad. (Proverbios 10:29)
Independientemente de lo que tengas o de quién seas, surgirán circunstancias que te harán sentir inseguro. Tanto si experimentas amenazas físicas, emocionales, económicas o relacionales, pueden golpear el núcleo mismo de lo que has construido como tu seguridad y confianza. Y si mides esos retos en función de tus propias fuerzas, no es de extrañar que te inquieten tanto.
Así que, ahora mismo, tómate un momento y mira esos retos desde la perspectiva de Dios. ¿Está alguno de ellos más allá de Su sabiduría para superarlo o de Su poder para vencerlo? Por supuesto que no. Aquel que formó los cielos y la tierra puede hacer cualquier cosa. Nada es demasiado difícil para Él.
Pero, ¿te ama el Señor lo suficiente como para ayudarte a superar tus dificultades? Por supuesto que sí. Da una mirada a la cruz y a la vida que Jesús dio para salvarte y sabrás con certeza que Él hará lo que sea necesario para apoyarte y sostenerte. Nunca te abandonará ni te desamparará (Hebreos 13:5).
¿Cuál es entonces la verdadera cuestión aquí? Todo se reduce a si confías o no en Dios. ¿Aceptas sabiamente la ayuda del Padre obedeciéndole, o te has alejado tontamente de Su protección, exigiendo tu propio camino en lugar de abrazar el Suyo?
Querida hermana, no hay absolutamente ningún lugar más seguro para ti que el centro de la voluntad de Dios. Así que, si has estado obedeciendo al Señor, alégrate porque Él está utilizando estas circunstancias adversas para fortalecerte. Si te has alejado de Él, dale gracias por haberte devuelto al buen camino. En cualquier caso, confía en Él. Porque nunca pierdes teniendo sabiamente fe en el Padre, pero siempre sufres pérdidas cuando te apartas de Su camino.
Oración:
Padre, gracias porque nada de lo que afronto es demasiado difícil para Ti. Confío en Ti, Señor: guíame por el camino que debo seguir. En El Nombre de Jesús, Amén.