Muchos son los que dicen: ¿Quién nos mostrará el bien? Alza sobre nosotros, oh Jehová, la luz de tu rostro.Tú diste alegría a mi corazón Mayor que la de ellos cuando abundaba su grano y su mosto. En paz me acostaré, y asimismo dormiré; Porque solo tú, Jehová, me haces vivir confiado. (Salmos 4:6-8)
Un lunes lluvioso en Nueva Orleans, necesitaba cumplir con muchas ocupaciones. Así que me puse el paraguas y las botas de lluvia y salí con mi lista. Entré en la tienda de tarjetas y saludé al personal de la caja registradora: “¡Feliz lunes por la mañana!” Inmediatamente me preguntó por qué sonreía en un día tan desapacible. Sin dudarlo, le contesté: “El tiempo no esta muy bueno, pero habernos levantado hoy, ya es una bendición de Dios”. Mi semblante alegre y mis palabras positivas me dieron la oportunidad de ser testigo en un día por lo demás complicado.
En los tres últimos versículos del Salmo 4, el rey David pide al Señor que revele la luz de Su rostro, que también puede traducirse como la luz de su “semblante”. La palabra semblante no es una palabra popular en la lengua vernácula contemporánea, pero es una palabra que directa o indirectamente tiene una relevancia bíblica importante. Varias expresiones hebreas y griegas se traducen en la Biblia con el sustantivo semblante. El término tiene un significado más profundo que la apariencia exterior. En realidad, refleja el carácter interior y los sentimientos del corazón. David pidió al Señor que revelara Su naturaleza, que irradiara Su propio ser para que todos lo vieran. Creados a imagen de Dios, los creyentes deben parecerse a Él, reflejando Su semejanza. Los cristianos deben ser como Él y parecerse a Él.
¿Cómo puedes tener un semblante piadoso? ¿Cómo puede reflejarse en tu rostro tu amor a Dios y tu verdadero carácter? El rey David explicó la fuente de su alegría en los versículos 7 y 8. Dios puso alegría en su corazón. En tiempos de cosecha o de hambre, David podía dormir tranquilo porque estaba seguro en la presencia del Señor. Puedes tener un corazón de paz y un semblante de alegría a pesar de las circunstancias cuando confías en el Señor.
Mírate en el espejo. ¿Es tu rostro un reflejo alegre de la paz que tienes en Dios? ¿Tus ojos brillan de esperanza y tus labios sonríen de amor? Cuando confías en Dios y dependes de Él, tu rostro y tu tono de voz deberían expresar tu confianza en Él a pesar de las circunstancias. Sé consciente del poder de tus sentimientos. La alegría interior debe reflejarse en el exterior.
Tu semblante importa porque puedes ser Tu la única Biblia que algunas personas lean en su vida. La primera impresión de tu expresión facial puede hablar más alto que tus palabras al relacionarte con los demás. Así pues, testifica con tu rostro. Ten un semblante alegre y un rostro de fe.
Oración:
Señor, dame la bendición de recibir según Tu voluntad, Tu alegría y Tu paz que sobrepasa todo entendimiento, de manera que tenga siempre un corazón agradecido a pesar de las circunstancias y pueda ser yo un Testimonio de Tu gracia, ante aquellos que me rodean. En El Nombre de Jesús, Amén.