Toda la congregación de los hijos de Israel partió del desierto de Sin por sus jornadas, conforme al mandamiento de Jehová, y acamparon en Refidim; y no había agua para que el pueblo bebiese. (Éxodo 17:1)
Todavía en Éxodo 17, tendremos otro episodio de murmuración del pueblo israelita contra Dios y contra Moisés. El lector de la Biblia espera que después de que el pueblo se libere de la esclavitud y sea testigo de poderosas intervenciones divinas, como la apertura del mar, el regalo del maná celestial y las codornices, y la presencia de Dios en la columna de nube y fuego, llegue a ser más agradecido. Como he repetido, el historial de Israel es de lo más pesimista: si Dios aparece, se alejan de Él. En este capítulo, el incidente involucró la sed una vez más, y por pura gracia, Dios una vez más suple su necesidad. ¡Dios actúa incluso cuando somos infieles! Él es fiel y no cambia su postura ante nuestra infidelidad.
Pablo conocía nuestra dificultad para agradecer a Dios todos sus beneficios. Y en sus epístolas, nos animaba constantemente a practicar demostraciones claras de nuestra gratitud a Dios. Nos pide que seamos agradecidos (Col. 3:5), también nos pide que practiquemos la acción de gracias en nuestras oraciones (Col. 4:2), abundando en la gratitud ante el Señor (Col. 2:7). En la máxima “en todo dad gracias” (1 Tes 5,17), este mismo Pablo nos presenta el único remedio capaz de curar el pecado de la murmuración: el acto de dar gracias al Señor por todo. A través de este devocional, Dios te está enviando un mensaje: has estado perdiendo mucho tiempo en refunfuñar, y eso ha consumido tu esperanza y tu fe. Ríndete en acción de gracias, y todas las quejas se convertirán en victorias y fuerzas para seguir adelante. El que tenga oídos, que oiga.
Oración:
Señor, que vea la grandeza de las bendiciones diarias, que pones en mi vida y no deje caer mi atención en, quejas, murmuraciones o en aquello que pienso que me falta. Ayúdame Padre a tener presente que Tu voluntad es la mejor para mi vida y que cada día, de Tu mano, ella es y será cumplida siempre para mi mayor bien. En El Nombre de Jesús, Amén