Cuando anduvieres, no se estrecharán tus pasos, Y si corrieres, no tropezarás. (Proverbios 4:12)
Dios tiene un camino específico para que lo recorras, moldeado por aquello para lo que te creó, de modo que las decisiones, luchas y preguntas que hoy tienes ante ti no son una sorpresa para Él. De hecho, están en tu vida con un propósito: refinar tu fe y enseñarte a caminar con Él.
Por supuesto, puede que te preguntes: “Pensaba que estas pruebas estaban en mi vida como castigo porque he cometido muchos errores. Quizá Dios esté demasiado enfadado o decepcionado conmigo para bendecirme”. Si estos son los pensamientos que estás teniendo, quiero animarte: Cuando Jesús es tu Salvador y confiesas y te alejas de tus pecados, Dios te perdona completamente. Ya no te echa en cara tus pecados.
Puede que te enfrentes a las consecuencias de tus errores, pero Dios no te castiga. Al contrario, los retos a los que te enfrentas te están preparando activamente para el futuro, para que puedas disfrutar de todas las bendiciones que Él ha planeado para ti. Tu Padre celestial sabe exactamente qué hay en ti que te hace elegir el camino equivocado, y te ama demasiado como para seguir permitiendo que caigas en las mismas tentaciones. Así que Él eliminará esos escollos internos que te obstaculizan a través de la adversidad que Él permite que llegue a tu vida.
Así que analiza las decisiones, luchas y preguntas que tienes hoy ante ti. ¿En qué sentido son una oportunidad para elegir de forma diferente a lo que has elegido en el pasado? Ésta es tu oportunidad de responder de un modo que honre a Dios. Porque cuando lo hagas, descubrirás que Él hace que tus pasos sean seguros, igual que lo hace con tu futuro.
Oración:
Padre, gracias por perdonar mis pecados y mostrarme cómo ser completamente libre de ellos. Te alabo por hacer que mi camino sea seguro. En El Nombre de Jesús, Amén.