Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil. (Mateo 26:41)
Una de las estrategias favoritas del enemigo es hacer ver al pecado como algo deseable, inofensivo y bueno. Él sabe exactamente cómo tentarme, y se aprovecha de toda debilidad. ¡No permitas Padre que me engañe con sus mentiras! Ayúdame, a través de la obra de tu Espíritu, a permanecer fuerte y a saber que puedo sostenerme en Ti, mi roca y refugio. Mientras busco tu guía, muéstrame que el enemigo no es rival para tu poder dentro de mí.