Escucha:
“Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando. Ya no os llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero os he llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre, os las he dado a conocer. (Juan 15:14-15)”
Piensa:
Realmente no existen muchos secretos entre mejores amigos. Ellos han escuchado tus historias y viceversa. Conocen tus momentos vergonzosos, tus ambiciones y te han visto como realmente eres.
Jesús fue claro con sus discípulos y los acogió como amigos. Les recordó que compartió todo lo que tenía con ellos. Sus planes, sus ideas, y las esperanzas que sobre ellos guardaba. Fue abierto, genuino y real y les pidió que siguieran su ejemplo.
Dios nos admira y valora nuestra compañía. Por ello acércate a Él y disfruta de una de las hermosas y más maravillosas verdades que nos otorga: eres un amigo de Jesús. Empieza hoy a fortalecer esa amistad mostrándote tal y como eres, justo como Él lo hizo con sus discípulos. Sigue también su ejemplo y has lo mismo con tus hermanos: muéstrate cómo eres y está atento a aquellos que también lo hacen, porque ellos también están siguiendo el ejemplo de Jesús.
Ora:
Gracias Señor, por acercarte a mí. Ayúdame a verte tal y como realmente eres, para de esta manera poder yo convertirme en quien realmente necesito ser. Enséñame a ser amigo de aquel que se brinda de verdad y hazme presto a aceptar a los que no lo hagan, tal y como son. Amen.