Escucha:
¿Tienes tú fe? Tenla para contigo delante de Dios. Bienaventurado el que no se condena a sí mismo en lo que aprueba. (Romanos 14:22)
Piensa:
Las personas convencidas de sus creencias, están seguros de que las convicciones en las que creen son verdaderas. Hoy en día gran cantidad de personas, eligen vivir mayormente por preferencia que por convicción. Ello se basa en que sus convicciones no son sólidas en tanto que pueden cambiar de acuerdo a las condiciones y circunstancias. Cuando la situación cambia, también lo hace su lealtad. En otras palabras, mucha gente vacila en cuestiones que requieren una firme resolución.
Este enfoque inestable sobre las percepciones que motivan nuestra vida, contrastan enormemente con la mentalidad constante y sólida de los grandes hombres y mujeres de las Escrituras. José nunca vaciló en su compromiso con los principios divinos, mismo habiendo sido víctima de virulentos odios y tratos injustos. Como resultado, estaba en el lugar correcto en el momento adecuado para asegurar la supervivencia de Israel (Gen. 50:20). Daniel, otro hombre justo en una tierra idólatra, se ganó la confianza de los reyes extranjeros manteniéndose firme en sus creencias (Dan. 1:20). Cuando sus amigos Sadrac, Mesac y Abednego también se negaron a comprometer sus creencias, influyeron en un rey para que reconociera a Jehová como el único Dios verdadero (3:29).
Como demuestran estos héroes bíblicos, las convicciones piadosas pueden resistir los vientos cambiantes de la opinión y los argumentos persuasivos de los oponentes. Si nos basamos en la Palabra y confiamos en lo que Dios ha dicho, podemos mantenernos firmes en nuestras creencias. La confianza genera el coraje para permanecer firmes en medio de la prueba.
En lugar de seguir tus propias preferencias, elige vivir por convicción divina. La Biblia tiene mucho que decir sobre los aspectos más importantes de tu vida. Profundiza en la gran verdad que revelan los principios y promesas de Dios. A través de la oración y el estudio, permítele arraigarte firmemente en sólidas convicciones bíblicas, y como resultado de ello, vivirás una vida de plena confianza en las verdades del Señor.
Ora:
Señor, arraiga en mi corazón, de forma sólida y decidida, las grandes revelaciones de vida que nos dejaste en Tu Palabra, de forma que pueda vivir una vida de plena confianza en Ti, dirigida por Tus maravillosas enseñanzas. Amén