Escucha:
“Y Jehová va delante de ti, él estará contigo, no te dejara, ni te desamparara; no temas ni te intimides” (Deuteronomio 31:8)
Piensa:
Un comentario desalentador o una acción mal intencionada que reconozcamos contra nosotros, puede tener dos efectos en nuestra vida: desmotivarnos y apaciguar nuestras energías para alcanzar el objetivo o darnos más fuerzas para continuar y lograr lo que aquellos en su intento de disminuir nuestra convicción, pensaban que no podríamos.
Nehemías se encontró con esta situación al tratar de levantar el muro de Jerusalén (Nehemías 4:2-4). Fue recibido con ataques de desánimo por parte de Sanbalat y Tobías jefes de facciones samaritanas que se oponían a su levantamiento y que hacían burlas de la capacidad de construcción de los judíos, diciendo que hasta un zorro podría derrumbar, según ellos, aquella débil y poca ordenada infraestructura.
Sin embargo la respuesta de Nehemías, fue de gran ejemplo. No discutió, levanto su voz o si quiera lidió directamente con ambos enemigos. En vez de eso, se encomendó a Dios en oración, sabiendo que en tiempos de oposición, Dios quiere que confiemos en Él expresando mediante la oración, nuestra más pura y sincera fe en su poder y cuidado. Y es que un mentiroso y desalentador ataque, basado en el desánimo, como el llevado a cabo en contra de Nehemías, podrá tener en algunas ocasiones algo de verdad, pero descuidará una verdad mayor e invencible: Dios siempre se encuentra presente y ha prometido hacerlo siempre, hasta el final.
Recuerda que las situaciones desmoralizadoras, buscan de nosotros una respuesta negativa para restarnos energías. No obstante, si nos concentramos en la respuesta que nos brinda Dios, en su aliento, en sus promesas, no tendremos posibilidad de fallar; ya que caminaremos confiados en que El Señor, justo como lo ha prometido, nunca nos abandonará: “Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro” (Hebreos 4:16)
Ora:
Señor, Concédeme la fortaleza para afrontar en ti, cualquier ataque malintencionado en mi contra, que intente detener mi avance. Dame la serenidad para acercarme a ti mediante la oración con la fe y la confianza de que bajo tu cuidado, continuaré con aliento y mayor fuerza. Amén