Escucha:
“Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer”. (Juan 15:5)
Piensa:
Nuestro trabajo, las demandas del hogar y la familia, la recreaciones, todo esto toma nuestro tiempo. Sin darnos cuenta el día se nos pasa sin haber dado tiempo para la más grande prioridad que es nuestro momento a solas con Dios aprendiendo de Él.
Jesucristo en las palabras de hoy, nos compara con ramas para que entendamos cuanto necesitamos de Él en nuestras vidas, una rama lejos de su árbol, se seca y puede ser convertida en leña, pero unida a su árbol permanece verde y da frutos. Debemos permanecer unidos a Jesús para que sigamos creciendo. Pide al Señor en tus oraciones que te permita estar siempre unido a la vid y llegar a ser ese pámpano que da frutos, para gloria y honra de su nombre.
No descuidemos por ningún instante el estar en la misma presencia del Señor. Dejemos que Él nos hable en forma personal. Esto es lo que nos dará el poder para vivir diariamente en victoria.
¡En la Vid están tu fuerza y éxito! Simplemente, ¡permanece unido!
Ora:
Señor, ayúdame a mantenerme cercano a Ti, pasando por encima de aquellas cosas que hoy pueden alejarme de Tu camino. Guíame para ser ese pámpano que unido a la vid rinda frutos para Tu gloria y honra. Amén.