Escucha:
“No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí ” (Juan 14:1)
Piensa:
Los discípulos tenían buenas razones para estar preocupados porque a medida que se sentaban a la mesa unos momentos antes Jesús habló de la traición en medio de ellos (Juan 13:21), y de su ida donde no podían seguirle (vv. 33, 36). Jesús vio en sus rostros la confusión esa noche, dolor, desilusión, miedo, frustración y desconcierto. Su mundo se hundía a su alrededor.
Sin embargo en medio de aquella angustia, de la cual estaban invadidos Jesús los confortó con esas palabras del Buen Pastor consolando a sus ovejas: No tengas miedo, ni angustias, creed en dios, creed también en mi . Es la revelación de su propio corazón para ellos.
Ante esa hermosa promesa de bienestar y seguridad, Jesús agregó: En la casa de mi Padre muchas moradas hay, os preparare lugar, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis. (Juan 14:2-3)
Hermosas promesas de lo que Jesuscristo nos brinda: fortaleza y guía, todos los días. Él no nos dice acerca del camino; Él es el Camino. Jesús dice a ti y a mí: “Ven, ven conmigo yo te llevaré. Voy a abrir el camino. Ven, te llevaré yo mismo”.
Aceptemos ese llamado y caminemos cada día bajo su resguardo y en su bondad.
Ora:
Señor guíame cada día a transitar por tus sendas, teniendo siempre presente, que Tú eres el camino y la vida, El eterno pastor que resguarda y consuela a cada una de sus ovejas. En el nombre de Jesús, Amén.